Carlos y Ángela están preparando sus
vacaciones, planeando junto con sus padres donde pasar los días de
descanso que tendrán después de todo un duro año de trabajo.
Cada uno tiene claro lo que hará en esos
días, descansar y reponer fuerzas para comenzar un nuevo curso con más
energía que el anterior. Pero hay un ligero problema y eso hace casi
imposible ponerse de acuerdo sobre el lugar donde pasarán los deseados
días de descanso.
A Carlos y a su madre les encanta la
playa, tomar el sol, bañarse en sus aguas claras, bucear y disfrutar de
sus fondos marinos y dar largos paseos por la orilla del mar. Además a
Carlos le gusta mucho pasar las noches de verano, con los amigos que
suele hacer en los viajes, sentados en la arena y contando historias
tanto de miedo como las posibles anécdotas que hayan podido suceder
durante el día o en otras ocasiones.
A Ángela y su padre les sucede todo lo
contrario, les apasionan los días de camping para disfrutar de la
naturaleza en toda su belleza. A ambos les encanta buscar madrigueras de
animales que viven cerca de su zona de acampada, reconocer a distintas
clases de pájaros a través de sus cantos, ir a pescar si acampan cerca
de algún rio o lago, quedarse hasta bien tarde por las noches a
contemplar las estrellas…
Todo eso a Carlos le resulta aburrido y
no duda en meterse con su hermana por sus gustos, decirle que pasa más
tiempo con los animales que con las personas y que terminará
convirtiéndose en uno de ellos.
Ángela no duda en correr y chivarse a su madre para que a Carlos le caiga una buena regañina.
-Mamá, mamá… Carlos me está diciendo que
me voy a convertir en un animal. Dile que no se meta conmigo y me deje
tranquila. Mamaaaa…
- ¡Carlos, deja ya de chinchar a tu
hermana! Más vale que comiences a preparar tu maleta si te quieres venir
de vacaciones. –le dice su madre un tanto disgustada.
- Pero mamá, si no sabemos dónde vamos a pasar todavía las vacaciones – rechista Carlos.
El padre de Carlos intentando contentar a
todos ha pensado en unas vacaciones diferentes. Como son quince días de
vacaciones lo que podrán disfrutar, se dispone a plantear a la familia
lo que se le acaba de ocurrir para que así pasen todos unos buenos días
de descanso.
-¡A ver, a ver… un poco de tranquilidad! – dice el padre.
Todos poco a poco se quedan callados
y miran al padre, atentos a lo que pueda pasar. La madre se acerca y
después de una corta conversación entre ellos se disponen a dar la
noticia de que ya está decidido el destino de vacaciones.
-Este año iremos a dos sitios diferentes. Carlos podrá disfrutar de unos días de playa…
- Joooo, siempre igual. Siempre se tiene que salir con la suya, -protesta Ángela ante la mirada sonriente de su hermano.
-Ten paciencia y deja terminar a tu padre. – le indica su madre.
- Ángela, también nosotros podremos
disfrutar de unos días de camping haciendo lo que más nos gusta. Tu
madre y yo hemos visto un camping que está a medio camino entre la
montaña y la playa. Así podremos disfrutar todos. Carlos y tu madre
podrán disfrutar de sus baños de sol y agua – dice bromeando – y
nosotros podremos dar nuestras rutas de senderismo. Me han dicho que hay
una ruta preciosa que pasa por un bello lago en el que nos podremos
bañar.
Los niños se muestran muy contentos con
la idea que han tenido sus padres. Al fin podrán hacer todo lo que les
gusta sin tener que renunciar a nada. Podrán disfrutar del sol en la
playa y de la belleza de los paisajes que les ofrece la naturaleza sin
tener que decidir entre los dos.
-Ahora sí que podemos preparar tranquilamente las maletas.- comenta alegre Carlos. – Vamos Ángela, a ver quien la cierra antes.
Toda la familia prepara lo necesario para que sean unas vacaciones
perfectas y poco a poco el pasillo se va llenando con las maletas
repletas de ropa, libros, bañadores y ganas de divertirse. Por una vez
no tendrán que preguntarse ¿Campo o playa?
Y vos que elegis..? campo , playa..o tenes otra idea?
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