Érase una vez en un pueblo muy lejano, una joven llamada Ginna, quien siempre había deseado salir de ese pequeño pueblo. A Ginna no le importaba nada: ni su familia, ni sus amigos y ni siquiera el colegio. Detestaba con todo su ser la idea de no ser alguien más que una simple pueblerina.
Cierto día la gran noticia se extendió por todo el pueblo: El príncipe Harry recorrería el país en busca de la joven ideal para unirse con ella en matrimonio; Cuando Ginna escuchó la buena noticia se juró a si misma que se ganaría el corazón del príncipe, no importaba lo que tendría que hacer ya que si lo lograba por fin podría salir de su hogar y vivir rodeada de lujos.
El día en el que el príncipe llegaría a su Pueblo se acercaba a una velocidad impresionante, y Ginna aun no tenia ninguna estrategia para enamorarlo, fue entonces cuando recordó la historia de la bruja de la isla llamada Maléfica, quien podría ayudarle a hacer un hechizo o poción para enamorarlo.
Un día antes de la llegada del príncipe, Ginna tomo todo el dinero que tenia y se dirigió a la isla de la bruja y le explico su situación, se sorprendió mucho cuando la bruja rechazó su dinero, preparó una poción que dijo que la tenia que beber minutos antes de hablar con el príncipe, y que el caería rendido a sus pies del enamoramiento. La joven cogió la poción, le agradeció a la bruja y se marchó… Lo que Ginna no tomó en cuenta es que toda la magia tiene un precio.
El día de la presentación de las jóvenes, Ginna llevó la poción en el bolso, cuando vio al príncipe en la lejanía se tomo la poción de un solo trago y se acercó a el. No sabia de donde le estaban saliendo palabras tan encantadoras, que al príncipe lo enamoraban cada vez más, Ginna se sentía diferente, se presentó al príncipe con el nombre de Maléfica sin darse cuenta, sentía que su cuerpo no obedecía las ordenes de su cerebro, sin embargo continuaba hablando con ese tono encantador que enamoró al príncipe, quien no dudó en anunciar al pueblo que ya tenía a la mujer indicada para ser su esposa.
Ginna no se encontraba bien, a pesar de la felicidad de ser la prometida del príncipe, sentía que no era ella, se dirigió al baño y fue entonces cuando se dio cuenta, su cara no parecía la suya, se parecía más a una versión joven de la bruja con la que había hablado, se asusto tanto que se desmayó. Cuando abrió los ojos, se encontró en la cabaña de Maléfica, justo en la isla de la bruja. En la puerta había un mensaje para ella que decía: “Gracias por darme tu juventud al beber la poción, ahora tu serás la bruja del pueblo y yo me casaré con el príncipe, la ambición exagerada no te deja nada bueno” Al verse al espejo dio un grito horrorizada pues se había convertido en una anciana.
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